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La cruz Tau* y el Cordero Resucitado resumen el misterio pascual de Jesucristo desde donde brota la vida de la Iglesia y el don del Espíritu Santo.
La letra tau, última letra del alfabeto hebreo, representa también la Palabra de Dios; el Cordero viviente a la Eucaristía y a los sacramentos.
El Cordero Viviente está con las marcas de la Pasión como símbolo del sufrimiento del mundo por evangelizar; de su herida fluye el vino nuevo de sus Bodas, el don de su Espíritu, recogido en un cáliz.
Las figuras, la cruz de fisonomía recta y el Cordero curvilíneo, representan también la realidad de los matrimonios y de la vida consagrada en sus dos géneros, presentes en nuestra Comunidad.
La cruz Tau* y el Cordero Resucitado resumen el misterio pascual de Jesucristo desde donde brota la vida de la Iglesia y el don del Espíritu Santo.
La letra tau, última letra del alfabeto hebreo, representa también la Palabra de Dios; el Cordero viviente a la Eucaristía y a los sacramentos.
El Cordero Viviente está con las marcas de la Pasión como símbolo del sufrimiento del mundo por evangelizar; de su herida fluye el vino nuevo de sus Bodas, el don de su Espíritu, recogido en un cáliz.
Las figuras, la cruz de fisonomía recta y el Cordero curvilíneo, representan también la realidad de los matrimonios y de la vida consagrada en sus dos géneros, presentes en nuestra Comunidad.
* LA CRUZ TAU
La tau es la última letra del alfabeto hebreo. Es la equivalente a la “omega” del griego.
Bíblicamente significa el cumplimiento de todas las promesas de Dios.
“Tau” quiere decir “marca”. Nosotros estamos marcados por el Espíritu (Ef 1,13).
“Tau” se escribe + ó T, ambas forma representan desde antiguo la señal de la Cruz.
Con
la letra tau empieza la palabra griega tapeinós (pequeños): son los
anawin de la Biblia, los del “resto” que pone su confianza sólo en Dios
(Is 10,20-21).